miércoles, 22 de julio de 2009

ACTIVIDADES PARA REFORZAR APRENDIZAJES



Colegio Polivalente de Arte
Espacio Curricular de Filosofía
Prof. FRITZ, María Jesús.
Curso 3° I

Estimados Alumnos:

Les adjunto un Esquema Conceptual de los temas previamente desarrollados de la Unidad nro 2, con el objetivo de recuperar el aprendizaje adquirido y continuar dicho proceso de enseñanza aprendizaje.

Filosofía

Una de sus ramas

Antropología
Problemas que Aborda
Se divide en…

Antropología filosófica Antropología Científica
Ocupación: Ocupación:
* Lo específicamente Humano en * Prob. Del Origen
un mundo compartido con animales * Evolución Especie Humana
*Características

Diferencias de Grado con los animales: Se divide en:
· Comunicación *Antrop. Biológica o Física
· Construcción de Instrumentos *Antrop. Cultural
· Organización de formas sociales

Definiciones por esencia:
*Animal Racional
*Animal Técnico
*Animal Mortal
*Animal Simbólico

La Concepción Religiosa del Hombre:
San Agustín
Pascal


Para continuar con el desarrollo de la Planificación Anual del siguiente tema es que les adjunto una Ficha de Cátedra, la cual podrá ser bajada de este espacio o bien fotocopiada en Casa Porta.

La Concepción Griega del Hombre:
Platón
Aristóteles

El último punto temático dentro de ésta Unidad es:

El Hombre en la Modernidad:
*Rousseau
*Marx
*Nietzche
*Cassirer.

Lo que respecta a este punto les estaré dejando dentro de las próximas 48 hs, una Ficha de Cátedra en está pagina e igualmente en Casa Porta.

Prof. Fritz María Jesús
20/07/09

Concepción Griega respecto al Hombre
Platón y Aristóteles
Filosofía
Prof. Fritz María Jesús




PLATÓN


Partiendo de lo estudiado en la Unidad nro 1, en esta Unidad nro 2 nos introduciremos en el estudio de la Concepción Griega del Hombre para Platón.
Platón supone que además del mundo que nosotros conocemos a través de los sentidos, al que llama mundo sensible, existe otro al que solo se puede acceder por la inteligencia o la razón: el mundo inteligible. En este habitan, por así decirlo, las Ideas, modelos o arquetipos perfectos de todo cuanto existe en el mundo sensible. Además, las Ideas están jerarquizadas- unas tiene un grado mayor de perfección que otras – y la mas elevada de todos es la Idea de Bien. Pero podríamos preguntarnos: si esas Ideas están en otro mundo, por mas que sean reales ¿cómo las conocemos?
El filosofo responde a que el alma humana, antes de nacer en el mundo sensible, esta en el mundo de las Ideas y las contempla; al encarnarse, esto es, al unirse al cuerpo, olvida lo aprendido, pero puede recordarlo lenta y gradualmente con un enseñanza adecuada. Y ya hicimos referencia al alma humana. Para Platón, El Hombre es un compuesto de de cuerpo y alma, pero la importancia de cada uno de estos elementos es distinta. El alma esta confinada en el cuerpo, que constituye para ella una pesada carga por sus limitaciones de todo tipo, comenzando por las necesidades físicas, dolencias orgánicas y la muerte. Ella, en cambio es inmaterial y consta de tres partes o facultades:
1) La racional, la más elevada, que se muestra en el pensar puro y en el contemplar suprasensible.
2) La irascible, a la que pertenecen los afectos nobles como el valor, la esperanza y la ira, y
3) La concupiscible, que se relaciona con la conservación de la vida y de la especie, incluyéndose en ella los aspectos que hoy llamaríamos instintos vitales: hambre, sed, sueño y sexo, entre otros.
Platón encuentra una nueva semejanza entre el alma humana y el Estado. Cada una de las tres partes del alma tiene su virtud propia: la sabiduría corresponde al alma racional, la fortaleza a la irascible y la templanza a la concupiscible. A su vez, cada una de ellas corresponde a cada una de las clases: a los gobernantes la sabiduría, a los guerreros la fortaleza y a los artesanos y comerciantes la templanza, aunque esta última conviene que, en tanto hace a la armonía de cuerpo y alma, este presente también en las otras.



ARISTÓTELES


Habiendo estudiado en la Unidad nro 1 el pensamiento de Aristóteles en relación ciertas nociones metafísicas que son aplicadas a lo largo de toda su filosofía y que constituyen el eje alrededor del cual gira toda su doctrina. Es que, en esta unidad nro 2 nos introduciremos en la concepción de Hombre aristotélica.
Nos referimos a los conceptos de sustancia primera, acto y potencia; materia y forma; sustancia y accidentes.
Aristóteles hace una distinción entre 2 órdenes de sustancias que existen en el universo físico: las vivientes y las no vivientes. Estas se distinguen entre si no por la materia (recuerden que la materia primera es común a todos los seres) sino por la forma. Todas las sustancias vivientes tienen un principio vital, un principio de movimiento espontáneo, esto es, que les permite moverse por sí solas). A ese principio vital Aristóteles lo llama “alma” y es la forma sustancial de todo ser viviente.
A su vez, Aristóteles distingue tres grados de perfección entre los seres vivientes, que son los vegetales, los animales y el hombre, a cada uno de los cuales corresponde un tipo de alma distinta. Sin embargo, cada grado incluye virtualmente al anterior, en tanto reúne las perfecciones de este más algunas otras que le son propias. Así, un animal se nutre y se reproduce, actividades que también realiza un vegetal, pero además realiza otras que le son propias y por las cuales se diferencia del grado inferior.
¿Cuáles son las actividades propias de un animal?
Lo son el conocimiento sensible, el apetito sensible y la locomoción, que explicaremos a continuación.

· Por el conocimiento sensible, los sentidos reciben la forma de un objeto concreto, pero no su forma esencial, y por lo tanto, no forman conceptos universales. En efecto, un perro, por ejemplo, ve un árbol que tiene delante, pero no posee el concepto universal de árbol. Si percibe, en cambio los accidentes.
· Por el apetito sensible, el animal desea o rechaza aquello que le muestran los sentidos.
· La locomoción, le permite al animal dirigirse o apartarse del objeto según lo desee o lo rechace.

Llegamos de este modo al estrato superior en la escala de la naturaleza, que esta constituido por el ser humano. Y Aristóteles lo considera superior porque, siguiendo la gradación que veníamos exponiendo, el hombre reúne las perfecciones de los niveles anteriores pero agrega otras que le son propias.
En efecto, el alma humana posee la facultad intelectiva, que no se da en los anteriores y, anexa a esta facultad, posee el apetito intelectual o voluntad. Podemos establecer la siguiente analogía entre los dos niveles de conocimiento que posee el hombre

Conocimiento Sensible = Conocimiento Intelectual
Apetito Sensible Voluntad

Analicemos entonces estos dos nuevos elementos:

· El conocimiento intelectual, tal como se infiere de la descripción hecha acerca del conocimiento sensible, se distingue de este en que si es capaz de conocer la esencia de los objetos puede formar, por lo tanto, conceptos universales.
Aristóteles parte del hecho de que solo conocemos a través de los sentidos, de modo que la inteligencia debe operar a partir de los datos suministrados por aquellos. La inteligencia operaría entonces como una luz que descubre la esencia oculta detrás de los accidentes sensibles y que es común a todos los individuos de esa misma especie. Se llama a esto “abstracción”, puesto que abstrahere, en latín, significa “separar”. En efecto, la inteligencia, al iluminar los datos sensibles logra separar los accidentes y descubrir la esencia del objeto.
Analizando el modo en que pensamos y nos comunicamos, podemos verificar que lo hacemos utilizando conceptos universales. Los términos con que nos expresamos se corresponden con conceptos universales que poseemos en el nivel intelectual. No podríamos razonar ni elaborar proposiciones siquiera si no poseyéramos conceptos universales.

· La voluntad es el apetito que sigue al conocimiento intelectual. La voluntad sigue al Bien universal, puesto que es movida por el objeto del conocimiento intelectual, que es siempre universal. La voluntad apetece el Bien, pero a su alrededor solo conoce bienes particulares. La voluntad no es determinada por ninguno, es libre de elegir uno u otro.
Ya conocemos entonces las características esenciales que definen al hombre: el conocimiento intelectual y la consecuente voluntad libre. Es por eso que Aristóteles dice que el hombre es un animal racional. Así, lo considera una especie dentro del género de los animales, pero que se diferencia de las demás por su alma racional.
Antes hemos afirmado que la materia y la forma son los dos principios constitutivos de la sustancia, pero que no existen por si solos. Esto se aplica también al hombre, el cuerpo y el alma (materia y forma, respectivamente) no son dos sustancias distintas sino que ambos constituyen, de modo indisoluble, esa sustancia que es el hombre.
A modo de cierre, podemos afirmar que Aristóteles ubica al hombre en el nivel superior en la escala de la naturaleza, por se el único capaz de conocer la esencia de las cosas gracias a su alma intelectiva. Su definición del hombre como animal racional ha sido la que mas influencia ha ejercido en la historia de la Filosofía y se la ha considerado una definición clásica del hombre.


El hombre en la modernidad
Filosofía
Prof. Fritz, María Jesús






J. Rousseau


El período de la Ilustración que caracterizó al siglo XVIII enfatizó la razón y la discusión fría. Opuesto a ese movimiento y en forma contemporánea surgió en Filosofía el Romanticismo, que se extendió posteriormente a otros ámbitos. Uno de los principales representantes del romanticismo filosófico es Jean-Jacques Rousseau.
Nació en Ginebra en 1712. Su madre murió pocos días después del parto. A la edad de dieciséis años, insatisfecho con los varios oficios con que había experimentado hasta entonces, comenzó una vida de vagabundo que, de alguna manera, mantuvo hasta su muerte.
En 1749 se enteró de que la Academia de Dijon proponía un concurso sobre el tema de la posibilidad de que la civilización hubiera corrompido a la humanidad. Este problema lo motivó a tal punto que se abocó por completo a la reflexión, que luego fue desarrollado en Discurso sobre el origen de la desigualdad entre los hombres, manifiesta que el hombre es bueno por naturaleza, que la sociedad lo ha corrompido y que la única solución es el retorno a la vida natural.
Allí Rousseau plantea que hay dos tipos de desigualdades. Una es “física” y propia de todo animal. En efecto, en todas las especies hay individuos más fuertes y mejor dotados que otros. Pero la otra desigualdad, “la moral”, es propia del hombre en su estado actual.
Veremos entonces como describe Rousseau al hombre en su estado natural y luego nos referiremos brevemente a qué fue lo que ocurrió para que aquella situación paradisíaca terminase.
¿Cómo imagina Rousseau al hombre en aquel estado previo a la civilización?
Calificamos de paradisíaco al estado que Rousseau describe como natural. El hombre se encontraba integrado con la naturaleza. Se valía de ella en cuanto lo requerían sus necesidades, pero no la dominaba, y era capaz de descubrir en cada planta o en cada roca el fruto sabroso o el arma para defenderse.
Rousseau concibe al hombre natural como un animal, pero con ventajas por sobre los otros, que le permitían defenderse tanto de los rigores del clima como de las especies feroces que merodeaban la zona.
¿Qué tenía el hombre que lo ubicara en esa posición?
Las condiciones de vida imponían al hombre la necesidad de resistir y sobreponerse a dificultades de todo tipo. Rousseau afirma que, aun enfrentándose con animales fuertes, el hombre saldrá, en general, airoso.
Hasta aquí la comparación del hombre salvaje con los animales con los que estaba obligado a convivir. Pero hay otro referente, comparado con el cual el salvaje saldrá todavía mucho más airoso, y este es el hombre actual.
Hay otro factor importantísimo que destaca Rousseau, por el cual ensalza la vida natural y repudia la vida civilizada, y este es la salud.

“Nosotros mismos procuramos mayor número de males que remedios puede proporcionarnos la medicina. La extrema desigualdad en la manera de vivir, el exceso de ociosidad en unos, el exceso de trabajo en otros, la facilidad de excitar y de satisfacer nuestros apetitos y de nuestra sensualidad, los alimentos demasiados escogidos de los ricos, cargados de jugos enardecientes los hacen sucumbir de indigestiones; la mala nutrición de los pobres, de la cual carecen a menudo y cuya falta los lleva a llenar demasiado sus estómagos cuando la ocasión se presenta, las vigilias, los excesos de toda especie, los transportes inmoderados de todas las pasiones, las fatigas y decaimiento del espíritu, los pesares y tristezas sin número que se experimentan en todas las clases y que roen perpetuamente las almas, he ahí las funestas pruebas de que la mayor parte de nuestros males son nuestra propia obra y de que los hubiéramos evitado casi todos con solo observar la manera de vivir sencilla, uniforme y solitaria que nos estaba prescrita por la naturaleza.”

El carecer de enfermedades en la vida del salvaje se manifiesta también en la vejez. Los ancianos no viven esta etapa de su existencia como una pesada carga llena de sufrimientos, sino que la transitan apaciblemente, sin malestares físicos ni anímicos.
Si el haber desarrollado el pensamiento le ha traído al hombre el progreso, y con él el debilitamiento de sus fuerzas, las enfermedades, la destrucción de la naturaleza y los padecimientos durante la vejez, quizá podamos concordar con Rousseau cuando afirma “el estado de reflexión es un estado antinatural y el hombre que medita es un animal depravado”.
Carece de un patrón de conducta instintivo, y que esto le permite, gracias a su habilidad, aventajar a las demás especies. Esto en el aspecto físico. Pero hay otro aspecto, que podernos denominar metafísico, por el cual el hombre se diferencia del animal:

“Una escoge o rechaza por instinto y el otro lo hace por un acto de libertad, lo que determina que la bestia no pueda separarse de la regla que le está prescrita. Todo animal tiene ideas, puesto que tiene sentidos, y aun las coordina hasta cierto punto. El hombre no difiere a este respecto de la bestia más que por la cantidad, entre los animales y el hombre la distinción específica en su calidad de agente libre. La naturaleza ordena a todos los animales y la bestia obedece. El hombre experimenta la misma impresión, pero se reconoce libre de acceso o de resistir, siendo especialmente en la conciencia de esa libertad donde se manifiesta la espiritualidad de su alma.”

De manera que, en el animal, la naturaleza, a través del instinto, rige de manera coercitiva su conducta. En el hombre, en cambio, debido a que posee libertad, existe la posibilidad de rechazar las prescripciones de la naturaleza. En cuanto al entendimiento, la diferencia entre el hombre y el animal no es sino de grado. La diferencia esencial radica en que, por ser espíritu, el hombre puede decir “no” a los impulsos sensibles.
Las causas que degeneraron en la ruptura con el estado natural y el surgimiento de la sociedad civil se trataron de una conjunción de factores; sin embargo, marca como el central el surgimiento de la propiedad privada.

“El primero que, habiendo cercado un terreno, descubrió la manera de decir ‘Esto me pertenece’ y halló gentes bastante sencillas para creerle fue el verdadero fundador de la sociedad civil”

Fruto de la propiedad privada son la esclavitud, el trabajo exagerado de algunos contra la excesiva ociosidad de otros y la pobreza de muchos contra la acumulación de riquezas por parte de pocos. En suma, toda diferencia moral, contraria a la naturaleza.
Es importante destacar que los conceptos rousseaunianos expuestos aquí son los vertidos por el autor en Sobre el origen de la desigualdad entre los hombres, escrito en 1749. En El Contrato Social, de 1762, Rousseau varía notablemente su concepción respecto de la sociedad civil. Allí establece que la formación de la sociedad organizada es necesaria en tanto los peligros que amenazan al hombre aislado son superiores a sus fuerzas. Se impone entonces un pacto o contrato entre las voluntades individuales, a partir del cual cada individuo pierde parte de sus derechos a cambio de poder preservar la vida de la especie.


K. Marx


Karl Marx nació en 1818 en Traer (Treveris), Alemania, de una familia judía. Su padre se convirtió al cristianismo y Karl fue educado como protestante. Mostró tempranamente su capacidad intelectual y en 1836 ingresó como estudiante en la Universidad de Berlín, en la Facultad de Derecho, que luego abandonó para estudiar Filosofía.
Marx marchó a París en 1843 y empezó a escribir algunas de sus obras importantes: La Sagrada Familia, La ideología alemana y La miseria de la Filosofía. Allí también empezó su actuación política y publicó, junto con Engels, El Manifiesto Comunista. Más Tarde se exilió en Londres donde permaneció el resto de su vida. Murió en 1883.
Para referirnos a su concepción del hombre seguiremos fundamentalmente La Ideología Alemana.
La condición primordial de toda la historia, dice Marx, es la existencia real de seres humanos. Partamos entonces de que para vivir hay que satisfacer ciertas necesidades básicas que el hombre comparte con el animal. Pero, a diferencia del animal, el hombre es activo; produce sus medios de subsistencia, alejándose así de la pasividad propia de aquél. A la relación entre hombre y naturaleza Marx la caracteriza como una oposición: el hombre está fuera de la naturaleza en cuanto su cuerpo – inmerso en ella- necesita de algo exterior que se yergue frente a él, indiferente y pasiva. La oposición se resuelve espontáneamente en forma de destrucción.

“El hombre consume y al consumidor aniquila.”

Sin embargo, no solo destruye sino que también aprende a actuar sobre la naturaleza en forma positiva, a elaborar lo obtenido, a mejorarlo: pronto sus miembros le son insuficientes para cumplir esa tarea y entonces construye utensilios adaptados cada vez más a una gran variedad de funciones.

“[En este quehacer] El hombre produce sus medios de subsistencia. En dicha producción se halla supeditado al medio ambiente.”

Y la satisfacción de las primeras y más elementales necesidades engendra en él necesidades más complejas que lo llevan a perfeccionar sus herramientas; en esto reside el primer hecho histórico. Lo que al principio era un mero accionar instintivo, apenas diferenciado del animal, se va humanizando: el hombre planea, prevé, corrige, mejora; su inteligencia, atención y memoria se plasmarán en lo que produzca.
La familia, que es la primera célula social, pasa a ser luego, según Marx, una relación secundaria, al multiplicarse las necesidades que van generando, a su vez, nuevas relaciones sociales. Los hombres se ven obligados a asociarse frente a los obstáculos que les presenta la naturaleza y son empujados a ello también por su instinto rebañego.
Así va surgiendo la “conciencia social” – la única que existe para Marx-, que incluye en sí sus relaciones con el medio y con los demás y que es capaz de desarrollo y de progreso a través de la historia. A medida que se van afianzando los lazos sociales se van perfilando un fenómeno que el progreso irá agigantando: la división del trabajo.
Consecuencias que trae la división del trabajo:
1- La primera y más grave: la Distribución Desigual del trabajo y sus productos.
2- La segunda, muy relacionada con la anterior: la aparición de la propiedad (privada), que Marx define como la forma económica opuesta al trabajo que nace de la acumulación de los frutos de este último.
3- La tercera: La formación de clases sociales. Estas son, en un principio, agrupaciones de individuos que, al tener actividades similares, tienen un nivel de vida también parecido e intereses comunes; gradualmente esta unión de ciertos individuos, con exclusión de otros, se va tornando consciente: los integrantes de cada grupo se fijan objetivos comunes y luchan para su logro; adquieren así lo que Marx llama “conciencia de clase”.
4- La cuarta: la emergencia del fenómeno de “alienación” o de “enajenación”, por el cual el ser humano se siente ajeno al producto de su trabajo –porque deja de pertenecerle y/o porque, simplemente, ya no lo reconoce como suyo-. Pensemos al respecto en las grandes fábricas, donde cada obrero solamente tiene que manipular piezas menores –y siempre las mismas- de los objetos que allí se elaboran. El trabajo que, en sus orígenes era lo que había constituido la condición misma de la humanización- ya que había permitido al hombre diferenciarse nítidamente del animal-, se convierte en un yugo que gravita sobre él, impidiéndole obrar libremente.
En una sociedad en la que la división del trabajo genera enfrentamientos entre grupos se hace necesaria una instancia, de carácter independiente, en la que se delegue poder y que asuma la defensa de un abstracto interés universal; esa instancia es el Estado, que, según Marx, es una forma ilusoria de comunidad, ya que, por un lado, se apoya sobre vínculos reales (la sangre, el idioma, etc.), pero, por otra, permanece ajena por igual a los intereses individuales y a los colectivos. ¿A quién representa realmente, entonces, el Estado? Marx sostiene que solo a la clase dominante, que a su vez varía históricamente. Todas las luchas no son sino luchas de clases; las pretensiones patrióticas, religiosas y de todo tipo en las distintas guerras solo son máscaras que esconden la infraestructura real, que es siempre económica. La evolución histórica va determinando que una clase prevalezca sobre las demás: la aristocracia sobre la incipiente burguesía industrial, la burguesía sobre el proletariado a partir de la Revolución Francesa, etc.
Así sinteticemos con las palabras del autor lo visto hasta ahora:

“La producción de la vida, tanto de la propia en el trabajo como de la ajena en la procreación, se manifiesta inmediatamente como una doble relación: por una parte, como una relación natural, y por otra como una relación social; social en el sentido de que por ella se entiende la cooperación de diversos individuos, cualesquiera sean sus condiciones, de cualquier modo y para cualquier fin. De donde se desprende que un determinado modo de producción o una determinada fase industrial lleva siempre aparejado un determinado modo de cooperación o una determinada fase social (modo de cooperación que es, a su vez, una “fuerza productiva”), que la suma de las fuerzas productivas accesibles al hombre condiciona el estado social y que, por lo tanto, la “historia de la humanidad” debe estudiarse y elaborarse siempre en conexión con la historia de la industria y del intercambio. ”

Nietzsche

Nació en 1844 en Weimar. Murió en 1900 en Turingia. Es considerado como uno de los máximos exponentes del nihilismo. En reiteradas ocasiones, suele asociarse la figura de Nietzsche con la de la Alemania Nazi. Esto se deriva de la filosofía misma de Nietzsche; pero lo que se suele asociar, no es más que especulación arbitraria de el movimiento Nazi, para con algunos conceptos del destacado filósofo. Nietzsche es considerado un filósofo sumamente preocupado por el desarrollo cultural del Hombre. Aunque no debemos considerar que en esta afirmación, encontremos en el filósofo Alemán, la idea de Progreso. No al menos, como nosotros interpretamos dicho concepto. Entre uno de sus tantos planteos, Nietzsche menciona la necesidad de superar una de las peores contradicciones, y decadencias que el mundo posee, a saber; el Hombre. Nietzsche afirma para esto, la necesidad de abandonar las creencias que la humanidad deshumanizada arrastra consigo hasta entonces; y para esto el Hombre se verá obligado a sí mismo, a la creación para sí mismo, de una nueva Cultura. He aquí la cuestión principal de la obra Nietzscheana. Nietzsche describe al Hombre como un síntoma decadente de la sociedad que no hace más que encaminarse hacia su inexorable extinción. Dado que en una sociedad donde no es posible la producción de cultura, original en sí misma; esa sociedad o clan, no tiene más alternativa; que la desaparición.
Nietzsche afirma que el Hombre, enfermo en sí mismo; debe ser superado. Como la superación, parte del Hombre mismo; el hombre es algo que debe ser superado, por lo tanto; debe ser dejado atrás. Es este el origen del SUPERHOMBRE. El Superhombre, no es otra cosa que la superación del hombre enfermo de los vicios; por el hombre mismo. Para llevar a cabo esta superación, el hombre es necesario que abandone además de los vicios en sí mismos, todo aquello que hace que esos vicios sean considerados propios para el ser humano. Claro que si son considerados propios por el ser humano, solo puede ser de este modo; si aquello que lo justifica o le da sentido al vicio mismo; es lo suficientemente poderoso para que le dé sentido; y no tenga que ser cuestionado con facilidad. La pregunta que se realiza Nietzsche, pero no en forma universal; es qué o quién es lo que justifica o da sentido al vicio que desfigura al hombre, hasta convertirlo en un simple elemento antihumano que rechaza y niega, hasta abandonar casi por completo su condición de Ser instintivo. La respuesta a dicha pregunta, es el principio de la superación. Lo que condiciona, y por demás domina al Hombre, es lo que lo hace abandonar, al punto de negar su condición de Ser. Esto lo convierte en una negación de sí mismo. El Hombre se sitúa en condición represiva de sí mismo. El Hombre, para ser considerado Hombre, debe conciliar con los mandatos que le son impuestos, y que sobre todas las cosas le son legitimadas para asegurarle su efímera supervivencia.
¿Quien sino Dios garantiza esta condición? Es por eso que el concepto de SUPERHOMBRE nace, y solo es posible si el Hombre se desliga de los condicionantes que le reprimen de antaño. Por eso es necesario que el Hombre realice un cambio radical en su producción cultural para poder llevar a cabo el SUPERHOMBRE. Cabe aclarar que si bien se utiliza la frase, "el Hombre realice un cambio radical en su producción cultural", se hace porque posiblemente no existan palabras en castellano para definir con precisión lo que Nietzsche quiere explicar. No se trata aquí de sustitución; es decir suprimir una concepción cultural para reemplazarla por otra; sino por el contrario de suprimir una determinada cultura, o creencia; para que la misma sea considerada repudiable, y sustituida por la cultura que tenga origen a partir de ese cambio radical en la concepción del Hombre por el Hombre.
Y es aquí donde se llega al punto de inflexión en la cuestión de la cultura, y de la superación de Hombre por el SUPERHOMBRE, que es necesario reiterar y afirmar que no es un modelo doctrinario, ni una institución constituida, sino por el contrario; es una cultura originaria, a partir del rompimiento con el vicio. Para esto Nietzsche plantea cuál es la necesidad para imperante para romper con la verdad absoluta que es por demás decadente. ¿Quién sostiene entonces esta decadencia? Quién más sino Dios! He aquí que Nietzsche plantea la idea de la muerte de Dios. Si Dios es quien justifica y sostiene la decadencia que agobia al hombre y lo convierte en un Ser decadente, es necesario suprimir al mismo Dios, para que el Hombre sea capaz de ser creador de cultura originaria (es necesario destacar nuevamente que si bien la palabra Origen es lo más similar a la idea Nietzscheana, no existe en castellano la palabra que Nietzsche emplea en alemán -erfindung-)
Nihilismo y la muerte de Dios
Para Nietzsche, el nihilismo es un advenimiento de unas repetidas frustraciones en la búsqueda de significado o más precisamente «la desvalorización de los valores supremos». Nihilismo en Nietzsche se refiere al proceso histórico que surge en el reconocimiento de un valor sumo y termina en la asunción o reconocimiento de múltiples cosas valorables al volverse inoperante lo que antes se mostraba como lo supremo. El nihilismo acontece en nuestro tiempo como manifestación de la ausencia de una medida única y al mismo tiempo como la proliferación de múltiples medidas, que en cada caso, pueden aparecer como válidas. Nietzsche ve en el despliegue del nihilismo toda fundación de cultura europea, la que surge como destino necesario de este proceso. La visión religiosa del mundo había sufrido ya un gran número de cambios por perspectivas contrarias, cayendo en el escepticismo filosófico, y en las teorías científicas evolucionistas y heliocéntricas modernas, lo que no hace más que confirmar la desvalorización de los valores supremos. A lo ya señalado, hemos de sumar una creciente presencia de lo democrático, la que se muestra como la afirmación de una individualidad independiente de Dios y acreedora de la igualdad. Nietzsche, ve esta condición como un nuevo reto para la cultura europea. Nietzsche conceptualiza esto con su famosa frase, «Dios ha muerto», frase que fue dada también por Hegel veinte años antes de que Nietzsche naciera. Este aforismo, por una parte señala el fin de eso que antes aparecía como lo imperante y por otra indica un terreno fértil, un terreno inexplorado, en el cual Nietzsche mismo es un colono. «Dios ha muerto», dice Nietzsche y trata a esta frase más que como una mera declaración provocativa, casi como una revelación, el nihilismo es, según Nietzsche, la gran e inevitable consecuencia de la muerte en la sociedad occidental de Dios, del Dios judío-cristiano de Jehová. La consecuencia de la muerte de Dios es que los valores vigentes en la sociedad occidental se vienen abajo ellos solos, según el Nihilismo pasivo, o no se vienen abajo sino que los hombres los destruimos, según el nihilismo activo, con la intención de poner en ese lugar nuevos valores los valores de la moral de señores destruyendo los valores de la moral de esclavos. Resumiendo, destruimos los valores de los hombres para poner en su lugar los valores del superhombre que ocupara el lugar de Dios.
Enfoque etimológico a la interpretación de la moral «Moral de señores» y «Moral de esclavos»
Nietzsche piensa que hay dos clases de hombres: los señores y los esclavos, que han dado distinto sentido a la moral. Para los señores, el binomio «bien-mal» equivale a «noble-despreciable». Desprecian como malo todo aquello que es fruto de la cobardía, el temor, la compasión, todo lo que es débil y disminuye el impulso vital. Aprecian como bueno, en cambio, todo lo superior y altivo, fuerte y dominador. La moral de los señores se basa en la fe en sí mismos, el orgullo propio.
Por el contrario, la moral de los esclavos nace de los oprimidos y débiles, y comienza por condenar los valores y las cualidades de los poderosos. Una vez denigrado el poderío, el dominio, la gloria de los señores, el esclavo procede a decretar como «buenas» las cualidades de los débiles: la compasión, el servicio —propios del cristianismo—, la paciencia, la humildad. Los esclavos inventan una moral que haga más llevadera su condición de esclavos. Como tienen que obedecer a los señores, los esclavos dicen que la obediencia es buena y que el orgullo es malo. Como los esclavos son débiles promueven valores como la mansedumbre y la misericordia. Critican el egoísmo y la fuerza.
La crítica de Nietzsche a la moral tradicional se centraba en la tipología de moral de «amo» y de «esclavo» y en la descripción de la dinámica que generan; esta dinámica o dialéctica debe ser conocida por los «espíritus libres» para conducir a la humanidad a su superación: una sucesión de continuas superaciones — la moral deja de ser algo cerrado para ser visto como una dinámica de morales yuxtapuestas y reconocibles en la dinámica de las lenguas. Examinando la etimología de las palabra alemanas gut («bueno»), schlecht («malo») y böse («malvado»), Nietzsche sostuvo que la distinción entre el bien y el mal fue originalmente descriptiva, o sea, una referencia amoral a aquéllos que eran privilegiados (los amos), en contraste con los que eran inferiores (los esclavos). El contraste bueno/malvado surge cuando los esclavos se vengan convirtiendo los atributos de la supremacía en vicios. Si los favorecidos (los «buenos») eran poderosos, se decía que los sumisos heredarían la Tierra. El orgullo se volvió pecado. Caridad, humildad y obediencia reemplazaron competencia, orgullo y autonomía. Clave para el triunfo de la moral de esclavo fue su presunción de ser la única verdadera moral.

El superhombre
El hombre es un ser incompleto, pues todo animal da lugar a algo superior. Es un puente entre el simio y el Superhombre, es algo que debe ser saltado, superado. El Superhombre es aquel ser que tiene una moral de nobles, es un noble, y acepta la voluntad de poder: es un hombre legislador, él crea sus propias normas, morales y de todo tipo, además es un hombre que somete las cosas a su voluntad, es un hombre vital: ama la vida y este mundo. Además es un ser que acepta el Eterno Retorno, pues cuando toma una decisión realmente la quiere tomar, y no se arrepiente de sus actos. Sabe que la vida es en parte dolor y en parte placer, pero no reniega de ello. Nietzsche ve al niño como el verdadero superhombre, este que es inocente, cree en su propia moral, sigue sus propios valores.

Definición de Nihilismo
El nihilismo, del latín nihil (nada) e ismus (doctrina, movimiento, práctica de) es la "actitud" filosófica, puesto que no es una tendencia filosófica estrictamente definida, de negación de todo principio, autoridad, dogma filosófico o religioso. El nihilismo es una posición filosófica que argumenta que el mundo, y en especial la existencia humana, no posee de manera objetiva ningún significado, propósito, verdad comprensible o valor esencial superior, por lo que no nos debemos a éstos.
El nihilismo hace una negación a todo lo que predique una finalidad superior, objetiva o determinista de las cosas puesto que no tienen una explicación verificable; por tanto es contrario a la explicación dialéctica de la Historia o historicismo. En cambio es favorable a la perspectiva de un devenir constante o concéntrico de la historia objetiva, sin ninguna finalidad superior o lineal. Es partidario de las ideas vitalistas y lúdicas, de deshacerse de todas las ideas preconcebidas para dar paso a una vida con opciones abiertas de realización, una existencia que no gire en torno a cosas inexistentes.
En este sentido el nihilismo no significa creer "en nada", ni pesimismo ni mucho menos "terrorismo" como suele pensarse, si bien estas acepciones se le han ido dando con el tiempo a la palabra. De todas formas hay autores que al nihilismo, entendido como negación de todo dogma para dar apertura a opciones infinitas no determinadas, le llaman "nihilismo positivo", mientras que al sentido de negación de todo principio ético que conlleve la negligencia o la autodestrucción le llaman "nihilismo negativo" (También se les conoce como "activo" y "pasivo").

jueves, 9 de julio de 2009

ACTIVIDADES PARA REFORZAR APRENDIZAJES

Centro Polivalente de Arte
Filosofía- 3° II

Prof. a cargo: María Soledad Contrera

Trabajo de Filosofía

En la unidad de antropología filosófica (Unidad N° de la planificación presentada) los alumnos –además de conocer diferentes posturas antropológicas, desde la antigüedad hasta la actualidad- han elegido para leer y analizar uno de los siguientes libros:

§ El hombre light de Enrique Rojas
§ Cómo ser persona en tiempos de crisis de Jaime Barylko
§ La resistencia de Ernesto Sábato
§ La metamorfosis de Kafka
§ El extranjero de Albert Camus
§ La condición humana de Hannah Arendt

Guías de lectura
La lectura de estos libros está acompañada de una guía, que intenta enriquecer la mirada y generar una instancia de intercambio entre el pensamiento de los autores y la perspectiva del estudiante.

A continuación se adjunta la guía del texto: La metamorfosis. El resto de las guías ya están en la fotocopiadora: Paper Cop (sito en calle 9 de Julio y Pico)

Texto: La Metamorfosis
Autor: Franz Kafka


La obra “La Metamorfosis”, fue escrita por Franz Kafka, un autor alemán, que presenta el miedo a las complicaciones de la vida a través de la transformación de Gregor Samsa.
1. Biografía del autor
2. Lugar y época en que se desarrolla la obra :
3. Ambiente en el que se desarrolla la obra
4. ¿Cuál es el Argumento
5. Los Personajes, ¿qué características poseen?
§ Gregor Samsa:.
§ Señor Samsa:.
§ Señora Samsa:.
§ Grete:
§ Los tres inquilinos:
§ La Sirvienta:
6. ¿Cuál es la Idea Central?
7. ¿Cuál es la Intención del autor.
8. ¿Qué relación podés establecer entre el título y el contenido de la obra?.
9. Opinión personal de la obra:
10. Conclusión

PLANIFICACIÓN PARA 3º 1º

Establecimiento: “Polivalente de Arte”
Espacio Curricular: Filosofía I
Cursos: 3º I
PLANIFICACIÓN ANUAL

Profesora: FRITZ, MA. JESÚS
Año 2009


FUNDAMENTACIÓN

La filosofía como disciplina formativa, debe satisfacer la necesidad de desarrollar las capacidades de reflexión, de crítica y de pensamiento creativo. Desde esta perspectiva, debe cumplir la función de estimular las capacidades personales para movilizar al joven a la reflexión sobre si mismo y sobre el mundo que lo rodea, partiendo de su propia experiencia para poder lograr una actitud crítica, que le posibilite abordar con mayor seriedad al estudio del conjunto de saberes.
El conocimiento de las concepciones filosóficas históricas cuya vigencia data hasta nuestros días, sirve de apoyo adecuado a la instauración de una actitud reflexiva en nuestros jóvenes, al mismo tiempo la formación filosófica facilita la socialización en la medida que permita una mayor comprensión de los hombres y de la realidad, favoreciendo una comunicación positiva en la interacción social. Además promueve el afianzamiento de la personalidad y el descubrimiento y aprecio de la propia individualidad.
Por tal motivo, se sostiene que la formación filosófica del adolescente le servirá para alcanzar una visión integrada de la realidad haciéndose protagonista de su propia vida.

EXPECTATIVAS DE LOGRO

Comprender y someter a reflexión, análisis y crítica diferentes concepciones acerca del ser humano.
Reconocer la importancia de los argumentos filosóficos para el análisis de la realidad.
Analizar textos desde la perspectiva de su coherencia interna, así como desde la consideración de sus presupuestos y consecuencias.
Conocer y utilizar el vocabulario específico de la disciplina filosófica.

CONTENIDOS:

Unidad 1: ¿Qué es la Filosofía?

Etimología de la palabra Filosofía. Orígenes de la Filosofía. Disciplinas filosóficas. Mito, Ideología, Ciencia y Filosofía. Caracterización del filósofo. Breve historia de la Filosofía.: los presocráticos, los sofistas, Sócrates, Platón y el mundo de las ideas, Aristóteles y el Realismo.

Unidad 2: El problema antropológico

Antropología Filosófica: problemas que aborda. Diferencias con la Antropología científica.
La concepción griega respecto del hombre: Platón y Aristóteles.
La concepción religiosa del hombre: San Agustín y Pascal.
El hombre en la modernidad: Rousseau, Marx, Nietzche, Cassirer.

Unidad 3: El problema del conocimiento.

La importancia del conocimiento. ¿Qué es el conocimiento?
Posturas ante el conocimiento: Escepticismo-Relativismo-Dogmatismo-Crítica.
Dos clásicos: Platón y Aristóteles.
Ideas y sociedad en los comienzos de la modernidad.
Descartes y el Racionalismo.
Hume y el Empirismo.
El Idealismo en la filosofía moderna.
Kant: el Idealismo Trascendental.

Unidad 4: ¿Cómo debo razonar?
Introducción a la lógica.

Objeto de estudio de la lógica. Elementos de los razonamientos.
Funciones del lenguaje.
Tipos de razonamiento.
Verdad y validez.
Falacias. Clasificación.

Unidad 5: El Problema Estético

Estética como rama de la Filosofía. ¿A que se llama estética?, ¿Qué es un juicio estético?, Las Cuestiones y Experiencia estéticas, La Belleza y Fealdad: En la Antigüedad, Edad Media, La belleza Renacentista y la estética del Barroco, El Romanticismo y los siglos XIX y XX.
¿Qué es el arte?, Arte y Utilidad, otras miradas.
Distintas Funciones de la obra de arte: Arte y moralidad, Arte y Sociedad, Arte y Cambio Social.
La Obra de arte como documento. ¿Fin del arte?, ¿Fin de la Emoción artística?.
El Campo artístico: los gustos estéticos y la distinción.

CONTENIDOS PROCEDIMENTALES

1. Comprensión crítica de textos filosóficos.
2. Formulación de juicios personales fundamentados sobre cuestiones filosóficas.
3. Habilidades transferibles como el análisis, comparación y síntesis a partir de diferentes estrategias metodológicas.
4. Fortalecimiento de posturas críticas de acciones y decisiones frente al saber filosófico.
5. Reconocimiento de falacias.


CONTENIDOS ACTITUDINALES

1. Ejercitar una actitud democrática a través de la discusión grupal, en un clima de respeto mutuo.
2. Empleo, adquisición y desarrollo de una actitud reflexiva y crítica.
3. Compromiso con el espacio curricular.


EVALUACIÓN

Entendida la evaluación como un proceso se tendrá en consideración:
1. Presentación de trabajos prácticos grupales e individuales, en tiempo y forma. 2. Participación activa en clase.
3. Actitudes desarrolladas en clases.
4. Aprobación de los contenidos conceptuales y procedimentales en las instancias de evaluación escrita y oral.

ACREDITACIÓN

1. Para promover ese Espacio Curricular, el alumno deberá:
2. Acreditar los saberes conceptuales, procedimentales y actitudinales explicitados en los contenidos.
3. Acreditar las competencias explicitadas en las expectativas de logro.

BIBLIOGRAFÍA

Copi Irving, Cohen “Introducción a la lógica”. Ed. Eudeba. Bs. As. 2005
Di Sanza, S.; Fernández, J y La Porta, P. “Filosofía”. Ed. Santillana. Bs. As. 2001.
Ferrater Mora. “Diccionario de Filosofía”. Ed. Sudamericana. 1975.
Frassineti de Gallo y Salatino de Klein. “Filosofía: esa búsqueda reflexiva”. Ed. AZ. Bs. As. 2006.
Gaarder, J. “El mundo de Sofía”. Siruela. 2003.
Obiols, Guillermo. “Nuevo curso de Lógica y Filosofía”.Ed. Kapelusz. Bs. As. 1994.
Schujman, Gustavo. “Filosofía”. Ed. Aique. Bs. As. 2005.
Schujman, G y Herszkowich. “Filosofía y Formación Ética y Ciudadana I y II”. Ed. Aique. 2001.
Raffin, M. (coordinador) Melo, A; Caputo, C; Pac, A. “Filosofía”. Ed. Tinta Fresca. Bs. As. 2006.
Tauber, Ricardo; Brain, Mariana; Melo, Adrián; “Filosofía y Formación Ética y Ciudadana II”. Ed. A-Z, 2001.